Se termina un año difícil. 2022 será recordado por la invasión de Rusia a Ucrania, conflicto bélico iniciado en febrero y que no tiene visos de finalizar, y al que se le dedicó un artículo exponiendo las claves. La guerra provocó un importante daño en la economía mundial al ser Ucrania el mayor exportador de aceite de girasol del planeta y uno de los más importantes de cereales, induciendo una inflación de costes por el encarecimiento de los bienes de consumo más demandados. De hecho, «inflación» ha sido la palabra del año, la cual ha azotado a todo Occidente, con especial énfasis a Argentina (IPC interanual en noviembre del 92,4%). Las políticas económicas del kirchnerismo ahoga a su población en una espiral de miseria, las cuales cierto partido nocivo de color morado aplaude y quiere instalar en España. Al menos la albiceleste se ha llevado el reciente Mundial de fútbol de Qatar, encumbrando a Messi como héroe heredero del difunto antihéroe Maradona, lo que les permite distraerse por un tiempo. No pocas críticas se ha llevado el mayor torneo balompédico del mundo, todo estaba en su contra, desde el calendario hasta la cultura retrógrada de teocracia qararí, impidiendo a los jugadores portar brazaletes arcoíris en defensa del colectivo LGTB, perseguido éste incluso con la muerte. Sin embargo, ¿sabremos cuántas vidas ha costado la construcción de todas las infraestructuras? Hace casi dos años de este artículo cuando las voces ya clamaban contra el Mundial de la Vergüenza.

La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario, en el sentido de que solo es y puede ser producida por un incremento más rápido de la cantidad de dinero que de la producción.

Un año de sucesos internacionales resumidos rápidamente en un párrafo, que han tenido impacto en España en mayor o menor medida. Volviendo a la inflación, la protagonista principal de este 2022 en plena cuenta atrás, cabe destacar que no solo es por motivada por un incremento de los precios de coste de producción, provocados por la guerra en Ucrania y por los cuellos de botella en la cadena de suministros mundial, sino por el recalentamiento de la economía para salir del bache de la pandemia. Esto se lo debemos a los bancos centrales occidentales, sobre todo al BCE y la FED americana, pero el relato oficial consiste en echarle la culpa a Putin y al virus. Cala cada vez más en la población que la impresión de dinero provoca inflación, que ésta es únicamente un problema monetario con variedad de orígenes, pero con la misma mecánica, tal y como estableció el liberal Milton Friedman en su famosa frase. Ya en octubre de 2021 se le dedicó un artículo al incremento inflacionario, mucho antes de la invasión rusa en Ucrania. La sociedad está obligada a informarse constantemente ante los engaños de los gobernantes de cualquier color político. Solo así seremos libres de verdad.




FELIZ Y PRÓSPERO AÑO 2022