¿Qué estamos votando cuando elegimos uno u otro partido político?
Se oye hablar de medidas políticas, económicas o sociales, pero ¿realmente se tiene claro cómo y dónde se encasillan los partidos políticos en base a esas medidas, de sus programas o de su historia? La sociedad española adolece de no interesarse a fondo por lo que son los partidos a los que votan. Es más cómodo ver un debate en vísperas electorales, leer tangencialmente una noticia de uno u otro político, o dejar que la televisión, la radio o Internet denuncie o bendiga en función del color de sus lentes. De esta forma sólo se rasca la superficie, y en demasiadas ocasiones los políticos mienten como bellacos y no cumplen sus promesas, con lo que el programa acaba siendo papel mojado. El objetivo de este artículo es aclarar qué son, qué promulgan y dónde se sitúan los partidos mayoritarios de nuestro espectro político, así como algún otro minoritario que sirve como referencia. No obstante, debe saber el lector que esta publicación no tiene base científica ni fuentes que respalden la información, sino que se ha elaborado en función del conocimiento histórico, político, económico y social que tiene el autor de cada partido, y de la forma más objetiva posible. Es recomendable entender también que el comportamiento de los partidos fluctúa en función de diversas variables, con lo que primará la trayectoria a lo largo del tiempo, obviando los puntos de inflexión que se están dando actualmente o que haya podido haber hasta el día de hoy.
Norte, sur, este y oeste.
Brújula política de partidos españoles. |
Antes de dar las bases por sentadas, es importante saber que el término derecha e izquierda nació con la Revolución Francesa a finales del s.XVIII. Cuando se redactó la Constitución tras la formalización de la Asamblea Constituyente, los partidarios de una monarquía parlamentaria conservadora se sentaban a la derecha, mientras que los partidarios de una república progresista lo hacían a la izquierda. No existía el socialismo ni el capitalismo como tal, pero fue sin duda su germen: el cambio histórico del feudalismo bajo una monarquía absolutista hacia una sociedad más plural como la inglesa —aunque la Revolución tomó un rumbo diferente—.
Dispersión estratégica de partidos.
Una vez entendido el contexto, salta a la vista que los partidos se agrupan en dos bloques claramente diferenciados: el bloque de centro, que aúna los partidos tradicionales hasta el fin del bipartidismo, más otros que intentan ocupar un espacio cercano; y el bloque de izquierda/extrema izquierda, que proyecta el resultado del movimiento del 15M. Es decir, se puede declarar objetivamente que el 15 de mayo de 2011 se inició una mutación en el tablero político español que nos acompaña hasta hoy, y significó la irrupción de cuatro nuevos partidos que supieron ocupar un espacio libre y en algunos casos insondado hasta ahora.
Conviene situar en la brújula a los partidos independentistas más representativos aunque no tengan presencia nacional. Estos son Esquerra Republicana y Junts en Cataluña, y el PNV y EH Bildu en el País Vasco. Se puede decir que Esquerra y Bildu se emparejan en el mismo casillero político, económico y social, quizá con algún matiz diferenciador en sus políticas económicas tendentes hacia el marxismo, sobre todo en el caso del partido vasco. Lo mismo ocurre con el PNV y Junts, ambos partidos difícilmente clasificables, pero que comparten prácticas mercenaristas que vienen demostrando desde hace décadas (Junts procede de CiU, CDC y Junts per Catalunya). Y aunque sus tácticas políticas siempre han consistido en pactar con los gobiernos centrales de turno para conseguir más autodeterminación, económicamente tienden claramente hacia el capitalismo; desde un prisma proteccionista o incluso neomercantilista en el caso del partido catalán; y socioliberal en el caso del partido vasco. Por último, sí se observa un acercamiento a posturas autoritarias en los casos de Bildu y Junts, debido al radicalismo con el que viven esa necesidad de independencia de España, más flagrante en el partido vasco.
Comunismo y Fascismo: Tan lejos y tan cerca a la vez.
Brújula política alternativa de partidos españoles. |
Miguel Primo de Rivera (izquierda) y José Antonio (derecha) |
El controvertido posicionamiento de VOX.
¿Es VOX un partido fascista? El grueso de sus propuestas económicas es opuesto al fascismo, pero comparten el sentimiento religioso, nacionalista, antimigratorio y conservador en posiciones como el rechazo al aborto, a la eutanasia y a la gestación subrogada. Es sin duda un partido escorado a la derecha, pero no se puede decir que sea fascista. ¿Es un partido liberal? Tampoco lo es. Ni siquiera se debería ubicar en una suerte de liberalismo conservador, debido a que han mostrado varias veces intenciones económicas proteccionistas y antiglobalistas. Desde la perspectiva política se han pronunciado a favor de la reducción del Estado, sin embargo, buscan la centralización de éste, en lugar de una descentralización hacia autonomías y provincias, que es lo dice la lógica liberal a fin de que tengan entre ellas mayor capacidad competitiva en materia empresarial, laboral y fiscal.
¿Qué etiqueta podemos ponerle? Aquí ya se explicó que VOX fue asesorado por el ideólogo político de Trump, y comparando las posturas del expresidente de los Estados Unidos con las del partido español se puede atisbar que son bastante paralelas. Por tanto, paleoconservadurismo de "piel de toro":
- Defensa de los valores familiares tradicionales.
- Manifestación de religiosidad y posicionamiento provida.
- Exaltación del nacionalismo, del arraigo histórico y su cultura.
- Control de la inmigración legal y prohibición de la ilegal.
- Protección de la producción nacional.
- Capitalismo y antimarxismo.
- Populismo.
La socialdemocracia clientelista de centro.
Diagrama de Nolan de partidos españoles. |
Pablo Iglesias Posse |
En la misma zona del espectro político se encuentran los antes mencionados partidos nacionalistas vasco y catalán PNV y Junts respectivamente, los cuales son socialdemócratas dentro de su ámbito autonómico. Esto es así porque tanto Cataluña como el País Vasco son dos regiones que funcionan como federaciones gracias a su lucha atemporal contra el centralismo español. Huelga decir que las formas para llegar adonde están en la actualidad son, de todo punto, inaceptables. Sobre todo en el caso vasco con la banda terrorista ETA, aunque en Cataluña también hubo movimientos terroristas con Terra Lliure. Sin embargo, el fin federal de España es una realidad cada vez más cercana, que tarde o temprano acabará imponiéndose, y aunque pueda parecer una cesión al independentismo, no lo es. Es la aceptación de que España exige una descentralización de competencias necesaria para su porvenir económico, fiscal, empresarial y demográfico. Es tan fácilmente demostrable como echar un vistazo a aquellas Comunidades Autónomas más prósperas sin ser capital del Estado: Cataluña, País Vasco y Navarra.
La extrema izquierda y el identitarismo.
Asamblea en la Puerta del Sol de Madrid |
Cuando el proyecto de Podemos empezó a dar visos de estalinismo, como no podía ser de otra forma sabiendo en qué espejo se miraban, surgieron los "trostkistas" de Más País, aunque su principal área de influjo es la Comunidad de Madrid. Mismo marxismo con diferente color que Unidas Podemos, pero con un tono menos radicalizado y con políticas algo más permisivas que el puro comunismo. Es un lobo con piel de cordero, pero el disfraz les ha servido para encontrar un espacio político entre el PSOE y Unidas Podemos. La izquierda está casi tan apretada como la derecha, lo que ha provocado que el PSOE vire aún más al lado que no debe, materializándose en el pacto de gobernabilidad con Unidas Podemos tras las elecciones de 2019. El socialismo actual poco tiene que ver con el que luchaba contra la explotación laboral de la mano de los sindicatos. Occidente se aburre, sufre de éxito, y la izquierda ha tenido que reinventarse en el socialismo identitario maniqueísta que tanto empalaga al ciudadano. ¿Quién es más feminista, ecologista, inclusivista y progresista? Si no participas en esa ridícula competición eres un fascista. Este es el resumen de la estrategia de la extrema izquierda: confrontar y crispar.
La imperiosa necesidad de un partido liberal.
La sociedad española está políticamente secuestrada y tiene síndrome de Estocolmo. Tantos años vendiendo el argumento del Estado del Bienestar que el ciudadano es partícipe de una estafa piramidal y la ve necesaria. Mas luego hay quienes aseguran que hacen falta más impuestos para mejorar los servicios públicos que el "neoliberalismo" ha deteriorado. Totalmente falso. El neoliberalismo es un espantajo al que echarle la culpa de la corrupción en asuntos como la privatización de servicios. Y si bien es cierto que el liberalismo defiende la progresiva disminución del Estado, y tal objetivo pasa por quitarle poder, privatizar no significa conceder servicios, proyectos o explotaciones de forma interesada a empresas afines, o encubrir sobrecostes, o a fin de cuentas tejer redes clientelares, sino todo lo contrario. El liberalismo entiende que el Estado es necesario para el control y vigilancia de la economía, pero no para intervenirla ni gestionarla, mas cuando se muestra incapaz de dinamizarla incurriendo en constantes pérdidas. En España la empresa pública (SEPI) es una ruina, pero el ciudadano ver normal mantenerla a base de impuestos porque muchas familias viven de ello. ¿Hay algún partido que defienda abiertamente la disminución del Estado y la privatización de las empresas públicas? No, no lo hay.
Puede que el problema sea que falta información, o que la que hay es errónea a causa de que a ningún partido político le interesa que la población conozca qué es verdaderamente el liberalismo. Incluso Franco detestaba a los liberales tanto como a los marxistas, aunque tuvo que hacer de tripas corazón y adoptar medidas aperturistas, bajo consejo de tecnócratas del Opus Dei, disfrazadas de políticas nacionalcatólicas. El liberalismo resta poder a los políticos porque su objetivo es precisamente ese: reducir el tamaño del Estado. A más Estado más impuestos para mantenerlo, es decir, más extracción coercitiva de los ingresos de las personas, y por tanto, menos libertad del individuo. Y a menos Estado más capacidad del individuo para ser más competitivo como fórmula de prosperidad. A más Estado más intervención en la colectivización de los asuntos privados como la economía, la salud, la educación o la propia vida. Y a menos Estado más libertad para decidir el futuro individualmente. No es objetivo del liberalismo clásico conformar un Estado minarquista o anarcocapitalista, algo utópico para muchos liberales y distópico para socialistas y comunistas, sino disponer de las herramientas que el Estado proporciona para utilizarlas única y exclusivamente en la consecución de aquello que individualmente es económica, temporal o capacitivamente complejo.
¿Ciudadanos? Sin duda es el partido que más cerca esta del liberalismo político, económico y social. Sin embargo, no han tenido oportunidad de demostrar qué clase de políticas ejecutarían si gobernasen algún gran feudo. Sus programas tienden hacia ese socioliberalismo tan de moda en países de Centroeuropa contrarios a la deuda pública y a la inflación como la Alemania de Angela Merkel, de origen ordoliberal. El PP también lleva en sus programas algunas propuestas con tintes liberales, pero la realidad es que su política económica es básicamente neoclásica o tendente al monetarismo, en tanto en cuanto buscan una estabilidad económica de precios (inflación/deflación) que genere confianza en inversores para así generar empleo y liquidez. No obstante, cuando se ha necesitado no han mostrado oposición en asignar recursos públicos para reactivar sectores económicos lastrados, lo cual es la base del keynesianismo que tanto practican los partidos socialdemócratas de izquierdas como el PSOE.
Matriz de características.
Matriz de características de los partidos españoles. |
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