Toni Cantó pasado por el escáner en un momento difícil para él.


Toni Cantó me cae bien, a muchos nos cae bien, pero aun no sé si es un buen político. Me gusta su discurso, su elocuencia, su lucha contra ese lobby "progre" que llega a asfixiar a la razón. Se mueve bien, es ágil, es un alfil en el tablero político. Pero esto es lo fácil. Siempre ha sido oposición. No ha tenido que desempeñarse en ningún cargo público, solo a apretar a los que lo ocupan. Muchos estamos criticando a Pablo Iglesias por eso mismo, porque no sabe nada de economía o de simple gestión. Por ser siempre oposición. Eso no es ser buen político.

UPyD, partido muerto prematuramente. Socioliberalismo en un momento de bipartidismo socialdemócrata.

A lo que iba. Dio a conocer su carrera política en UPyD, partido muerto prematuramente. Socioliberalismo en un momento de bipartidismo socialdemócrata. Era difícil arrancar buenos resultados. La sociedad no estaba preparada, y eso que contaba con ilustres intelectuales en su dirección. Supongo que un fiel reflejo de las tendencias electorales de la sociedad española. Es de sabios rectificar.

Me disperso. El caso es que dejó UPyD y se pasó a Ciudadanos gracias a Albert Rivera. Se supone que fue un cambio lógico. No atentó contra su ideología, si queremos verlo así. Socioliberalismo también, o eso dicen. Pero no pasó de ser oposición, tanto en el Congreso como en las Cortes Valencianas. Doce años en política y no ha tenido suerte con sus partidos. Ay, ese bipartidismo socialdemócrata.

Ha dimitido. Se ha ido de Ciudadanos a raíz del último escándalo con los mercenarios de Murcia. Con razón. Antes se fueron Juan Carlos Girauta, Marcos de Quinto, Javier Nart, Francisco de la Torre o Toni Roldán entre otros. Con razón también ante la obsesión de Rivera con sorpassos precipitados. ¿Quién ganó en esa lucha por ocupar la derecha? Lo fácil, el populismo. Ciudadanos está con pie y medio en la tumba, y el PP de Casado haciendo de funambulista para no perder más votos. No mereció la pena.

Liberalismo contra socialdemocracia conservadora. No es agua y aceite, pero no mezclan bien.

La izquierda se mofa de él. Le ven en el PP. Y en el PP le abren las puertas. Liberalismo contra socialdemocracia conservadora. No es agua y aceite, pero no mezclan bien. Se mofan porque vaticinan un fichaje que es muy probable que se produzca. Se mofan porque desean reprochar una venta de ideales por un puesto en política. Y la verdad, tiene difícil compra para quienes consideramos al PP y su conducta uno de los catalizadores de la situación en la que estamos ahora: esta tremenda polarización de la sociedad, casi insoportable, que han generado, las que yo llamo, anomalías democráticas (quien me siga sabrá a lo que me refiero).

¿Qué opciones tiene? Solo dos. O volver a su antiguo oficio, o fichar por el PP. Y qué queréis que os diga, quiero saber qué clase de político es en realidad. Quiero verle desempeñar un cargo público. Quiero que demuestre que es un verdadero liberal. Quiero verle bajar impuestos a empresas, autónomos y trabajadores. Quiero verle quitar subvenciones a chiringuitos. Quiero verle hacer verdadero progresismo y apostar por nuestra libertad. Quiero verle oponerse al marxismo, al socialismo, al mercantilismo, al clientelismo, al populismo y a la socialdemocracia. Dudo que en el PP lo consiga. Lo que es seguro es que no lo conseguirá dejando la política.