¿Por qué el problema catalán no tiene encaje dentro del derecho de libre determinación de los pueblos?


Cleptocracia. En esta época de ufanía por otorgarle etiquetas a todo, no se puede pasar sin bautizar al Gobierno de España con un nuevo cultismo: clepto, 'robo'; y cracia, 'poder' = dominio de los ladrones. Según la Wikipedia, es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado. Realmente, desde la Transición y el posterior bipartidismo aplica calificar a los diferentes gobiernos alternos de PP y PSOE como cleptócratas. Hoy, por suerte o por desgracia, le toca cabalgar con la "ley del embudo" a la coalición PSOE - Unidas Podemos: lo ancho para ellos, lo estrecho para el Estado de Derecho y la Separación de Poderes. Los ciudadanos decentes ya no sabemos ni dónde meternos. Y no es que debamos considerarnos más o menos decentes que nadie, en cambio, la izquierda política y cultural supremacista que nos domina sí se ve más decente que el resto por apelar a un progresismo infantilista recubierto de grosero populismo. Cleptocracia a fin de cuentas, porque indultar a los políticos catalanes de sus fechorías es un acto de corrupción, nepotismo y clientelismo. Hace tiempo que esto se veía venir: las cadenas de Pedro Sánchez.

Indultos, amnistía y autodeterminación. Tres etapas. La primera ya la ha quemado Sánchez tras escupir al Tribunal Supremo. Cabe pensar que no dará tiempo a quemar las dos restantes antes de agotar la legislatura, pero mejor no dar nada por sentado llegados a cierto punto. Qué ansiedad tan innecesaria para, al final, conceder cada vez más privilegios al interés político que, tras un ejército de cerebros lavados, se aferra al poder, incluso habiendo perdido las dos últimas elecciones autonómicas. Conciliación. ¿Hasta cuándo hay que seguir poniendo la otra mejilla? La Memoria Histórica es asintomática para según qué siniestros personajes. Lluís Companys, ¿qué tal? El padre del catalanismo contemporáneo fue un despiadado genocida. Dependiendo del color de la ideología hay asesinos buenos y malos. Curiosa visión la de muchos infelices. "Agua pasada no mueve molinos" pensarán férreos defensores del independentismo catalán a la vez que se arrojan a los libros de historia para demostrar su identidad. Paradojas de quien busca conseguir un fin político torticeramente. Tan es así, que incluso Colón fue incontestablemente catalán, ya que la hipótesis de Luís Ulloa es la única válida. Ni caso a todas las demás que sitúan su origen en cualquier terruño del sur de Europa.

No nos engañemos más. Cataluña, no tiene encaje dentro del derecho de autodeterminación de los pueblos por diferentes motivos:
  • Constitucional. La actual Carta Magna no contempla la secesión de sus Autonomías. Además, el Código Penal estipula delitos para quienes atenten contra la indivisibilidad del Territorio español. Para modificar la Constitución española e introducir el derecho de autodeterminación es necesario atenerse al Artículo 167 de la misma, y hoy por hoy es imposible conseguir 3/5 partes de apoyo en ambas Cámaras y una respuesta positiva en un referéndum de ratificación.

  • Jurídico. Según el Derecho Internacional, habrían de cumplirse cuatro condiciones para que un pueblo no colonial pueda escindirse del territorio de un Estado, algo que Cataluña no logra respecto de España:
    • Que tengan una identidad propia y diferenciada con una implantación territorial mayoritaria.
    • Que se haya producido una violación masiva de los derechos humanos fundamentales y una sistemática discriminación.
    • Que esas violaciones no puedan ser resueltas mediante la participación política en las instituciones del Estado por estar excluido el pueblo de ellas.
    • Que no se haya podido materializar un acuerdo entre ambas partes para resolver lo anterior.

  • Histórico. Fue Carlomagno, rey de los francos, y sus huestes, quienes a finales del s.VIII ganaban el norte de Cataluña a los musulmanes conformando La Marca Hispánica. Anteriormente, ese territorio no fue más que el resto de la Península Ibérica, un conjunto de asentamientos de íberos que fueron paulatinamente conquistados por griegos, romanos, visigodos y musulmanes. A raíz de la Reconquista, Cataluña adquiría identidad propia al no ser gobernada por rey alguno, estableciendo su territorio en condados, donde el de Barcelona era el más importante. En 1137, tras el matrimonio del conde de Barcelona con la reina de Aragón, Cataluña pasa a pertenecer a la Corona de Aragón, pero mantuvo su autogobierno. A partir de 1492, mientras el Reino de Castilla llegaba a las Américas, comenzó la expansión por el Mediterráneo del Reino de Aragón y del Condado de Barcelona, haciéndose éstos últimos con Cerdeña, Sicilia y el sur de Italia, así como algunas zonas transpirenaicas de Francia. Antes, con Jaime I el Conquistador, lograron arrebatar Valencia y Baleares a Al-Andalus, siendo este el precedente de la entelequia "Països Catalans". Por tanto, sí se debe decir que Cataluña ha tenido identidad propia tanto cultural como territorialmente, pero siempre ha pertenecido a España. A diferencia de Escocia, con los que pretenden compararse, y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, el Reino de Escocia es casi un milenio anterior a la formación Reino Unido.

  • Ideológico. Son tantas las ideologías que sería inmensamente arduo el trabajo de demostrar que, al menos, las principales demuestran o no la viabilidad del derecho de autodeterminación de Cataluña. No obstante, merece la pena detenerse en dos por ser perfectamente antagónicas.

    • Leninismo. Lenin, el padre de la Revolución Rusa, en su obra La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación defiende abiertamente este derecho en los casos en los que el imperialismo subyuga pueblos conquistados (colonias), o en aquellas situaciones en las que un territorio es manifiestamente oprimido por parte de un Estado opresor. A esta baza se agarran los independentistas catalanes de orientación marxista-leninista, pero en ningún caso Cataluña fue oprimida ni lo es en el presente. Es más, históricamente, el Reino de Castilla pagaba muchos más impuestos que los condados catalanes. En el presente, el dogma de "España nos roba" es un argumento falsario, puesto que, aunque Cataluña aporte más que Extremadura al conjunto de la nación, para los socialistas debería ser un acto ejemplar de solidaridad, sabiendo que la primera es mucho más rica que la segunda.
    • Liberalismo. También hay quien defiende la libre determinación del pueblo catalán, así como de cualquier otro, amparándose en el derecho de libre asociación y desasociación como facultad que poseen los sujetos de derecho para establecerse en asociaciones con objetivos lícitos a través de contratos tácitos entre todas sus partes. Ocurre que este es otro argumento falsario, principalmente porque solo tiene aplicación en supuestos meramente organizativos, por ejemplo: una cooperativa, una ONG, o un partidillo de futbol entre colegas, pero no para un caso de secesión territorial dentro de una nación. Pero supongamos que aplicase en la cuestión catalanista. Para que este derecho pudiese llevarse a cabo, debería celebrarse un referéndum entre todas las partes implicadas, es decir, catalanes y el resto de españoles. ¿Acaso acepta tal cosa el separatismo catalán? Obviamente no, porque perderían escandalosamente.

Parece sobradamente demostrado que los políticos secesionistas y los ciudadanos que les siguen estúpidamente el juego luchan por algo que no tiene cabida, no solo dentro del Estado de Derecho español, sino en varios marcos teóricos. A nivel práctico también sería sencillo desmontar cómo una Cataluña independiente tendría poco recorrido económico y social. Lo que estamos presenciando penosamente es una devolución de la deuda que llevó a Sánchez Castejón a la Moncloa. Y aunque lo vistan de seda...