El Gobierno nos está vendiendo una sensación de falsa protección en plena crisis




No es algo nuevo del Gobierno actual. El socialismo suele hacerlo siempre, y si somos francos, lo hace casi toda la clase política en mayor o menor medida. No es otra cosa que alienar a la ciudadanía con que sólo ellos son capaces de salvarnos cuando vienen mal dadas. Ya hemos visto cómo Pedro Sánchez anunciaba a bombo y platillo las medidas económicas para hacer frente a la crisis económica derivada de la sanitaria por el coronavirus. Medidas que, según él, significan la mayor movilización de recursos de la historia reciente, a razón de casi el 20% del PIB. Si a esto le añadimos que Pablo Iglesias ha comparecido para exponer su plan de intervención social, acaparando así su cuota de protagonismo eclipsado por el PSOE, genera que ciertos ciudadanos se sientan reconfortados con una sensación irreal de amparo. No temas, papá Estado te cuida.

Las medidas económicas no suponen un manguerazo de liquidez. Primero, porque no se puede imprimir dinero ya que la inflación nos ahogaría. Segundo, porque la deuda está en el 100% del PIB y no nos podemos endeudar más. Las medidas económicas son, en parte, una huida hacia delante. Y el que venga después que arree —en esto sí son especialistas los gobernantes socialistas—. Y es que 100.000 millones, es decir, la mitad, son para provisionar avales a la banca. ¿Qué significa esto? Pues que si en un futuro las empresas van a los bancos convencionales a pedir créditos para reflotar sus negocios e incurren en deuda, el Estado pondrá dinero público para sostener el sistema financiero. O lo que es lo mismo, un potencial rescate a la banca. Algo con lo que Podemos bramó en su momento, pero que ahora...

De la otra mitad de los recursos, 83.000 millones corresponden a la provisión de aplazamientos de deuda, sólo para aquellos ciudadanos con dificultades económicas. Estos son los recibos de la hipoteca, y suministros principales, pero no los pagos de los alquileres —de aquí parece subyacer cierta estrategia velada en forma de futuro oprobio para con los arrendatarios insolidarios que aprieten con el pago a sus inquilinos, algo que al partido morado le encanta (recordemos el caso de Esther Argerich)—. Aplazar en este caso es fiar. El Estado te adelanta tus pagos, y ya pagarás cuando puedas, pero paga.

Y por último, los 17.000 millones restantes sí son liquidez financiada con deuda a coste cero, ya que el BCE ha inyectado dinero y puede prestar. Esta partida se destinará a exonerar de pagos a la Seguridad Social a las empresas que se acojan a ERTEs y pagar las prestaciones de desempleo, incluso a aquellos trabajadores que no hayan cotizado lo suficiente. Estos últimos pueden estar contentos, no en vano, los obreros son el mayor caladero de votos de los socialistas. ¿Pero qué ocurre con los autónomos? Son los grandes damnificados de estas medidas económicas. Cero ayudas para aquellos que no cesen su actividad aunque vean reducida su facturación en menos de un 75% en relación con el promedio de facturación del semestre anterior. Esto es, aquel autónomo, de los dos millones que hay, que deje de facturar tres cuartas partes del promedio de los últimos seis meses, no recibirá ningún tipo de prestación.

El Estado vela por el ciudadano, le cuida. A su manera, eso sí. No van a permitir los desahucios hoy, pero sí mañana. No van a permitir cortes de luz o agua, pero sí mañana. La dificultad va a ser hacer coincidir el mañana del Gobierno con el mañana de cada uno. La maquinaria tiene que seguir moviéndose a base de impuestos, y por mucho amparo que vendan, a alguno le van a pillar las manos, y entonces habrá que preguntarse dónde está papá Estado.