El cine patrio es un chiringuito que ha cronificado la futilidad como razón de ser.




Se puede decir que ya hemos conseguido pasar la "resaca" de la última edición de los Premios Goya, que galardonaron a las mejores películas del año terminado, y que parece que hicieron justicia con las cábalas del público. Pero lejos de hacer crítica cinematográfica, entraremos a analizar cómo se sustenta esta industria en nuestro país. Si al lector le quedaba alguna duda de cuáles son las fuentes de financiación del cine español, el actor y director Eduardo Casanova, conocido por su papel como Fidel en la serie cómica Aída, lo dejó meridianamente claro ante la prensa acreditada en la gala, cuando le preguntaron qué le pediría al nuevo Gobierno. Estas son sus palabras:
Al Presidente del Gobierno le pediría más dinero para hacer nuestras películas. Nuestras películas necesitan dinero. El apoyo de este tipo de galas esta muy bien, pero para que sigan existiendo los Goya, para que siga existiendo el cine español necesitamos dinero. Necesitamos dinero público, dinero público para nuestras películas. Eso es lo que le pediría.
Pues bien, sin querer menoscabar el trabajo de esta persona, ya que, como se ha dicho antes, este no es un blog de crítica de cine, nos basaremos en datos objetivos para argumentar la posición buscada en este post, y estos son que su última película como director, "Pieles", tuvo un presupuesto de un millón de euros, y sólo consiguió recaudar 80.000. En cualquier otro negocio, un fracaso de tal magnitud obligaría al cierre inmediato, pero no solo no se escucha una mínima autocrítica, sino que se exige vehementemente más dinero de los contribuyentes para continuar con la mediocridad.

Y es que el cine español nos cuesta a todos los españoles en torno a los 80 millones de euros, aparte de la financiación privada impuesta, ya que los conglomerados televisivos han de pagar obligatoriamente para la producción de películas nacionales, así como para sustentar parte de la televisión pública —si alguien se pregunta por qué tiene que soportar tanta publicidad en las televisiones privadas, ya se puede hacer una idea—. En cambio, los datos de recaudación por taquilla no son tan generosos. En 2019, sólo se recaudaron 94 millones de euros*, siendo la película más vista "Padre no hay más que uno", con 14,2 millones de recaudación; la segunda más vista, "Lo dejo cuando quiera", con algo más de 11,3 millones; y cierra el podio "Si yo fuera rico", con 11,3 millones. Ni siquiera, las películas que han recibido más estatuillas en los premios Goya están entre las tres más taquilleras del año.

Con estos datos expresados en términos brutos, y teniendo en cuenta que el IVA del cine es del 10%, el retorno de la inversión pública en esta rúbrica roza el ridículo más espantoso —aunque habría que añadir la recaudación de impuestos directos de trabajadores y empresas dedicadas—, algo totalmente inadmisible para una empresa privada. Por tanto, es lógico pensar que el Estado no deba subvencionar una actividad ruinosa a todas luces, año tras año, y sea financiada exclusivamente por capital privado. Obviamente, la cara negativa de esta solución sería la eliminación de muchos puestos de trabajo que concentra el séptimo arte, pero podría ser minimizada con la generación de competencia, tal y como se hace con las plataformas Netflix, Amazon Prime Video, HBO o Disney+, la cual posibilita contenido de calidad. Es de sobra conocido que las subvenciones públicas cronifican la mediocridad, y hacen de ella su razón de ser pronunciando alegatos que acaban incurriendo en el déficit cultural del espectador.

Pero no debemos llevarnos a engaño. La industria del cine español vive mucho mejor parasitando al contribuyente. Ya vimos cuál fue su reacción al incremento del IVA cultural promovido por el Gobierno de Mariano Rajoy, que tuvo que revertirse ante las presiones del sector. Semejante actitud obedece a las típicas trampas electoralistas de subordinación del voto a un Gobierno que se pliegue ante las exigencias de este colectivo. La pregunta ahora es: ¿hasta cuándo?

*Ministerio de Cultura y Deporte